La «casona de los Ardois»: del negocio minero al hotelero

Postal de la calle Ancha a la altura de la casa nº 9, años setenta del siglo pasado.

Gracias al doctor Francisco Javier Moreno he podido ampliar los datos sobre la familia Ardois, sus negocios mineros en la Marbella decimonónica y su presencia en la calle Ancha, «entonces la vía más importante y señorial de la localidad» –que diría don Fernando Alcalá—.

Fue la calle donde moraron los imspectores y directivos del distrito minero de Marbella, donde se encontraban “los minerales más útiles á las artes por su necesidad y aplicaciones» –que dirá José de Aldana—. En ella vivieron no solo los Ardois, con intereses mineros en este y otros distritos, sino también destacados geólogos como Jacinto Madrid Dávila o Felipe Naranjo y Garza. En ella nació el hijo de este último, Enrique Hipolito Felipe Naranjo de la Garza, también un eminente ingeniero de minas como su padre.

Ahora sabemos que no solo Manuel Ardois y Francisco Ardois tuvieron en Marbella vinculación con el negocio minero, ellos con el grafito. Pero, los hermanos Jorge Rafael y Cayetano Rafael Ardois Ostmann fueron, quizá, de todos los Ardois malagueños, quienes tuvieron los más importantes negocios mineros, sobre todo con metales como el níquel, la plata, el plomo y el cobre. Y fue Jorge R. quien desde mediados del siglo tuvo intereses mineros en el antiguo distrito de Marbella que comprendía toda la provincia de Málaga, por lo que residió, al menos durante 1853, en su cabecera, nuestra ciudad. Obtuvo –y dejó perder sus títulos por no pagar impuestos— las demarcaciones de las siguientes minas: La Aulerada; El Dos de Mayo, en Casares; San Crispín; San Francisco; Pendiente, en Pujerra; Frialdad, en Benahavís y La Dificultad, en Estepona. En cambio, su hermano Cayetano que al final de sus días viviría en la calle Ancha y, quizá, moriría en la «casona de los Ardois» –hoy hotel boutique de 5*— se asentó en Granada, en el nº 13 de la antigua calle de las Tablas.

En fin, para los interesados en el tema os dejo –revisado y ampliado— el enlace de «Minas, negocios y Ardois: conjeturas y certezas sobre una casona»